Los factores clave que hay que tener en cuenta al elegir un sistema de almacenamiento de energía son la capacidad y la potencia nominal para satisfacer la demanda de energía, la eficiencia del sistema para maximizar la utilización de la energía, la tecnología de las baterías con características adecuadas para la aplicación, la compatibilidad y la escalabilidad con la infraestructura existente, y las consideraciones de coste junto con el posible rendimiento de la inversión.